Hay cielos y sonidos que algunos días me susurran al oído
y me hacen volver a un ayer con olor a origen, a raíz…
Pretéritos presentes en este (dolce?) far niente…
Ahora, en esta habitación que se dilata sin cesar,
asediado por este calor que quema y crece
con el transcurso de
las
horas
los
minutos
los segundos…
quiero que nuestros sudores se mezclen de nuevo
en un juego desquiciado de semen y saliva y besos,
en un frotarse intenso de cuerpos
que se hinchan,
que inhalan y que exhalan,
que exploran y que prueban,
incautos, los placeres de la carne inflamada.
Que tu yo más genuino, más vital,
me penetre hasta la médula,
que me atraviese los huesos
y la sangre como en todos
los meses de este año
que ya casi acaba…
Quiero que nuestros cuerpos
desgarrados y deseosos
se fundan en un crisol de
momentos eternos