¿Qué textura tiene el amor?
¿Se confunde, acaso, con los perennes tulipanes
que perviven desde hace siglos, bellos siempre,
desde que dejaron Pamir e Hindu Kush para no volver ya?
¿Qué sabor tiene el amor?
¿Se parece al que disfruto
cada vez que nos besamos
y nuestros alientos se mezclan,
desprejuiciados?
¿Dónde vive el amor?
¿Es, quizás, allí dónde una mañana de domingo,
fría y luminosa (no precisamente como la de hoy),
te dejé, débil, sin poder besarte?
¿Está allí, en mis noches de insomnio,
en mis días de locura persecutoria, obsesiva
y obcecada?
Obcecación...
Amor, sólo quiero tocarte el alma...
Nada más...
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