Uno se mira fijo por dentro y
entiende más las palabras y
las decisiones, los cambios y
las obsesiones de ayer y de hoy.
Se leen las canciones y las imágenes
del tiempo y esos ratos de abrazos y
de manos firmes y grandes y fuertes.
Se huelen los aromas de los lugares
nuestros y se palpan las cosas que
vendrán infinitas, quizás pronto o
tal vez más tarde, pero incesantes…
Se entiende que el ser de uno
se enreda con el ser de un otro
desafiándolo y haciéndolo mejor.
Que una vez que dos destinos
amarran juntos, juntos caminan
confundiéndose con los sonidos,
las texturas y los colores del mundo.
Que uno es otro y que el otro es uno,
que sí nos hacemos bien, siempre.
Cerrando los ojos se ve mejor.
Paso cada tanto por aquí y me doy una panzada de tu poesía de susurros y maripositas delicadas. Me encanta!!! Beso y medalla, señor poeta.
ResponderEliminarEs hermoso saber que pasás por acá... quiero leerte. Tenés un blog? Un abrazo y muchas gracias! ;)
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