A veces me pasa que no sé
si seguir escribiendo vale,
y entonces me sorprende
un gesto tuyo, un cariño claro y
desinteresado que me inquieta.
Como esa espera insospechada
de esos días que estabas ahí, en
esa cueva lejana y caliente que
es donde vivo, ocasionalmente.
Vos no lo viste (quizás), pero
el alma me sonrió y yo terminé
dándote mi confianza entera.
Sólo para Vos...
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