sábado, 30 de noviembre de 2013

Entremés

Los saludos inevitables y 
las risas y las sonrisas 
                          exageradas.
La puesta de una obra clásica
a cargo de un grupo de travas.
Los aplausos a destiempo y 
las críticas letradas y apuradas
en las veredas atroces y
                       resistencianas.
Gente más o menos soportable.
La atención insostenible y 
la escucha más flotante cada vez. 
(Pero Vos y tu mirada están ahí.) 
Hay que dejar de criticar 
las palabras y preocuparse por
los hechos y las ideas.

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