domingo, 17 de junio de 2012

El lugar del Amor


“Eres la palabra que marca la mayoría de mis textos, la que me gusta usar frecuentemente, cuando llego al éxtasis, y cuando no encuentro que decir, caes de nuevo tú, mi palabra, mil preguntas, mi excusa." (De algún lugar en la web…)

Antes de que
el paso inexorable del tiempo
deshaga el recuerdo tierno de
estas horas que pasé con vos,
juego con la ilusión de
retenerte en estas palabras…
No es nuevo esto…
siempre repito el mismo juego desde que
despedirse es una herida cada vez:
retenerte en el sonido y la letra de alguna canción
que escucho y tarareo (con mayor o menor éxito),
en alguna línea que leo o escribo,
en alguna imagen que viene
–precipitada– a mi mente
cuando cierro los ojos
sin pensar en nada más,
en algún aroma que percibo y
me trae algo de tu piel
o de tu respiración y
me deja como en stand by
Confieso que esto funciona
algunas veces (NO siempre…).
Funciona mientras sepa que
habrá una próxima vez,
una próxima vez que no
sea pura ilusión e imagen espectral,
espectro que se escapa como el viento
entre las hebras débiles de un atrapasueños,
que se desvanece como esas letras
dibujadas vagamente
sobre un vidrio empañado
por el vapor de la partida.
Es lo que voy a intentar en estos días
hasta que llegue el momento de
verte y sentirte cerca otra vez:
las sábanas, el agua que derrama
amenazante sobre los cuerpos,
los rulos desgarbados,
las canciones que escuchamos juntos
mientras nos besábamos
frenéticamente, sin vergüenza,
los tequieros, los teodios, los no-no,
cada centímetro de este espacio
pequeño que ocupaste durante
algo más de treinta horas…
Voy a tratar de retener todo eso,
eso que vos también querías:
“¿No se puede conservar este
momento para siempre?”.
Quiero intentarlo para
no disolverme hasta la próxima.
Confiá en mí. Yo confío en vos.
Siempre se vuelve al lugar del Amor.


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