domingo, 12 de mayo de 2024

$45000

Unos días atrás
acompañé a uno de mis hermanos
a vender su alianza de matrimonio

Se había separado de quien había sido
su esposa durante más de quince años
Esta venta fue una de las primeras cosas
que hizo ya estando soltero 

Después de recorrer varios lugares, buscando la mejor oferta, la vendió en el mismo negocio
donde él mismo la había comprado poco antes de casarse, del otro lado de la frontera, en Bolivia, porque ahí, en aquel momento, era más barata
Ahora le ofrecían cuarenta y cinco mil pesos

Estuve en silencio durante todo ese recorrido, atento al modo en que
pesaban,
raspaban,
tasaban
la alianza.

Pensé, finalmente, que así termina un amor 
que empieza buscando el mejor precio...

viernes, 3 de mayo de 2024

La lectura no salva

No leo,
este año, no estoy leyendo
mucho más que lo necesario
para mis clases y otros trabajos
No quiero aventurar explicaciones 
mágicas o conmovedoras para esto.
Creo, simplemente, que no tengo ganas
de leer: elijo mi bici, mis plantas, mi cama,
la pantalla de este celular o la del televisor.
Me elijo, porque, acá un cliché necesario,
de lo contrario nadie me elegirá a mí. 

No hay mística en esto, no. No leo,
tanto como antes
y no sé si siento
culpa...

La lectura no salva:
todo ha sido, siempre,
una mentira. 

martes, 26 de marzo de 2024

Como si el amor pudiera...

Hagamos como si el amor
lo resolviera todo...

Hagamos como si
no existieran
las heridas
la distancia
los silencios
la indiferencia
los enojos
el orgullo
los miedos...

Hagamos, entonces,
como si todo volviera
a empezar, 
si acaso, tal vez,
fuera posible. 

lunes, 25 de marzo de 2024

Entender

Siempre tuve que
entender todo y a todos,
ponerme en el lugar del otro,
ejercer la comprensión empática.
Es lo que siempre me dijeron que estaba bien.

Me pasé la vida entendiendo todo, 
o, tal vez, tratando de entenderlo.

Casi cuatro décadas,
un ejercicio infértil.

Me siento agotado.
¿Quién me entiende a mí?
¿Alguien está haciendo ese esfuerzo?

lunes, 26 de febrero de 2024

Anoche soñé
que el mundo se acababa
caían aviones, desde el cielo,
como granizo, estallaban
sobre la tierra, sobre las cabezas
de la gente, que enloquecía y
moría con una tenacidad inusitada.
Buscaba refugio, pero no lo había.

El mundo se acababa y vos no estabas.
Estábamos sin hablarnos.
Pero, aun en la locura,
yo te buscaba...
Estoy triste
de nuevo:
no hay metáforas
para decirlo de otro modo.
La frivolidad, la banalidad,
la indiferencia me aplastan
el alma, las ganas, las expectativas...